sábado, 20 de febrero de 2010

Sobre la imagen astronómica del día (APOD): Autopista geoestacionaria

Imagen astronómica del día: Autopista geoestacionaria. Crédito y Copyright: Babak Tafreshi (TWAN).

La siguiente receta, si me lo permiten, la voy a bautizar Satélites a la Clarke, en homenaje al conocido autor de 2001, odisea espacial:

1 - Adquieran un satélite que sea de su preferencia. En el mercado los hay en una gran variedad de colores, tamaños, prestaciones y tecnologías: norteamericanos, europeos, rusos, argentinos, chinos, indios.

2 - Colóquenlo en una órbita circular, por ejemplo vía NASA (no intenten, a propósito de 2001..., lanzarlo con su propia mano como hizo el mono con el hueso en la película de Stanley Kubrik; sería insuficiente para que alcance la velocidad de escape). Y asegúrense de ubicarlo a 42.000 kilómetros desde el centro de la Tierra, o a 36.000 kilómetros aproximadamente sobre el nivel del mar. En esas condiciones orbitará una y otra vez cada 24 horas. Así, al coincidir su período con el de rotación de la Tierra, habrán colocado el artefacto en una órbita denominada geosíncrona.

3 - (Opcional, pero recomendable) Si lo prefieren, trasládenlo a una órbita ubicada en el plano del ecuador, y quedará fijo en el cielo en una órbita geoestacionaria.

La receta, debo reconocerlo, no es "nada nuevo bajo el sol", otro cocinero la propuso antes que nadie: en la década de 1940 Arthur Charles Clarke predijo que en un futuro, ahora hecho presente, las órbitas geoestacionarias serían usadas para ubicar satélites meteorológicos y de comunicaciones. Algo que fue utópico allá por los cuarenta y hoy es un escenario muy conocido para los astrofotógrafos. Actualmente hay casi 400 satélites en órbitas geoestacionarias. Las imágenes profundas del cielo nocturno, obtenidas con telescopios que siguen las estrellas, pueden también registrar los satélites geoestacionarios que destellan bajo la luz del sol brillando lejos, por encima de la superficie de la Tierra.

La constelación de Orión, visible en ambos hemisferios. En el hemisferio norte durante el invierno y en el hemisferio sur durante el verano. Crédito: Wikipedia, Wikimedia Commons.

Debido a que todos se mueven con la rotación de la Tierra sobre el fondo de las estrellas, los satélites parecen seguir una autopista a través del paisaje celeste. Por ejemplo, en esta amplia visión de la región de Orión casi rozando el ecuador, se añadieron cuadros individuales para crear una exposición de 10 minutos de largo. Se muestran las estrellas del cinturón de Orión, el cazador (o "las tres Marías", si prefiere el léxico doméstico) y la archiconocida y fantástica nebulosa junto con las estelas de 2.5 grados (por el tiempo de rotación de la tierra durante la exposición) de muchos satélites geoestacionarios. Los fotogramas, unidos, se han convertido en la ingeniosa película de una autopista de satélites geoestacionarios.
Ahora, si me lo permiten, voy a preparar yo mismo una receta: Cohetes a la Goddard, en homenaje a Robert Hutchings Goddard... después de todo, si no fuera por Goddard, lo de Clarke se hubiera retrasado espantosamente.



Sobre la observación de satélites geoestacionarios puede consultar esta página:
Observing Geostationary Satellites

Más detalles sobre donde son visibles los satélites geoestacionarios:
La mayoría de los satélites geoestacionarios son visibles a los 5 grados por debajo del ecuador en la declinación de la Nebulosa de Orión. Mintaka (δ Orionis), la estrella más occidental del cinturón de Orión, es la más cercana al ecuador. Todos los satélites en esta autopista se han movido alrededor de 2,5 grados durante el período de 10 minutos, equivalente a 360 grados para 24 horas completas.

Sobre la predicción de Clarke:
Al finalizar la segunda guerra mundial Clarke publicó el artículo técnico Extra-terrestrial Relays, en el cual establece las bases de los satélites artificiales en órbita geoestacionaria. En su honor esa órbita fue bautizada como "órbita de Clarke"; y el conjunto de satélites en esta órbita se llama "Cinturón de Clarke".

Y este fotograma, hablando de fotogramas y películas, es la famosa escena del hueso en 2001... (un hallazgo), que termina transformándose en la estación espacial. Crédito: MGM.

Fuente:
Geostationary Highway (APOD, 20 de febrero de 2010)

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