sábado, 27 de marzo de 2010

Polvo en los cuásares del Universo temprano

Los quásares son galaxias cuyos núcleos muy brillantes se cree que contienen los agujeros negros alrededor de los cuales los discos de acreción están obteniendo materia de forma activa.

Una imagen del Hubble de un cuásar cercano. Nuevas observaciones en infrarrojo del Telescopio Espacial Spitz de quásares lejanos -objetos cuya luz son vestigios de una época temprana del universo (hace unos 12.000 millones de años)-, han descubierto que algunos al parecer datan de una época antes de que el polvo ya existiera, o al menos antes de que estuviera fácilmente disponible.
Crédito: NASA Hubble Space Telescope


El proceso de acreción libera gran cantidad de energía, y como resultado de esto los cuásares se encuentran entre las fuentes de energía más poderosa conocidas. Nadie sabe con certeza, sin embargo, cómo se forman estos objetos, cómo se desarrollan en el tiempo, o cómo exactamente se producen sus enormes energías. Debido a que son tan brillantes, los cuásares pueden verse incluso cuando están muy lejos, y esta combinación de ser a la vez muy enérgicos y encontrarse a distancias cosmológicas hace atractivos a los astrónomos que están tratando de averiguar la naturaleza de los agujeros negros ubicados en el centro de las galaxias (nuestra Vía Láctea tiene uno) y las condiciones en el universo temprano que incitan a estos monstruos formarse.

Hay unos cuarenta cuásares que se sabe que están tan lejos que su luz ha estado viajando hacia nosotros durante más de 12.000 millones de años; en otras palabras, sus agujeros negros ya estaban brillando intensamente cuando el universo era muy pequeño, menos de mil millones de años. La pregunta es: ¿se ven como los cuásares cercanos, o son diferentes de alguna manera? El astrónomo del Centro para Astrofísica (CfA) Shen Yue es un miembro de un equipo internacional de doce astrónomos que ha concluido que algunos de los cuásares remotos son muy distintos.

Usando cámaras sensibles del telescopio espacial Spitzer de infrarrojo, los científicos observaron veintiún cuásares distantes para determinar si pueden o no detectar la presencia de polvo caliente; ese polvo sería de esperar si realmente hay un disco de acreción de material caliente alrededor de un agujero negro. De hecho, el polvo caliente es un rasgo característico de los cuásares en el universo local.

Cabe destacar, como lo indican los informes del equipo en la edición de esta semana de Nature, que los cuásares en su estudio no muestran ninguna evidencia de polvo caliente. La implicación es que estas galaxias son tan primitivas (en términos cósmicos) que no ha habido tiempo para que hagan polvo, probablemente sea porque no ha habido tiempo de formar suficiente los elementos constitutivos químicos necesarios, o porque no ha habido tiempo para montarlos en los granos de polvo. Los resultados sugieren que estos objetos son de una época en el universo cuando el polvo fue lo primero que se hizo. El polvo es un catalizador clave en la transformación del gas atómico en las moléculas que facilitan el nacimiento y evolución estelar, y este nuevo resultado no sólo es importante para la investigación de los cuásares, sino también para ayudar a comprender cómo la primera generación de algunas de las estrellas en el universo llegó a existir.



Fuente:
Quasar Dust in the Early Universe

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