George Ellery Hale. Crédito: Wikipedia.
George Ellery Hale (1868 - 1938) fue uno de los más grandes astrónomos de la historia y una gran persona. Sus aportes a la física solar fueron enormes, pero no es el objetivo de este pequeño artículo hacer un desarrollo biográfico, sino citar un texto de su autobiografía muy especial, de esos que uno atesora junto a otros destacables de grandes científicos. Por momentos nos recuerda el clima de aquellas palabras de Newton, cuando se sentía un niño recogiendo caracoles en la playa.
Sin embargo, no se puede dejar de citar que Hale contribuyó a la fundación de varios observatorios e instituciones, entre ellos el Observatorio Yerkes y el Observatorio de Monte Wilson (este, en su momento, el más grande del mundo, luego superado por el de Monte Palomar). En Monte Wilson incorporó y ayudó en su trabajo a Harlow Shapley y Edwin Hubble, ambos protagonistas de grandes y revolucionarios descubrimientos en cosmología. Fue decisivo su papel en desarrollar el Instituto Tecnológico de California (Caltech). Además de a Hubble y a Shapley, Hale también se destacó por haber suministrado potentes aparatos de observación a una multitud de astrónomos colaboradores y discípulos suyos.
En la siguiente nota autobiográfica, el gran astrónomo cuenta como fue llevado al estudio de los fenómenos de la naturaleza, especialmente de la física solar. El texto ha sido extraído del libro Historia de la astronomía de Giorgio Abetti (Fondo de Cultura Económica, México, Buenos Aires).
"Por lo que se refiere a la astrofísica, debo subrayar las ventajas que adquirí con mis trabajos anteriores en otras ramas de la ciencia. Gracias a esa circunstancia, cultivé un profundo interés por muchas de éstas y aprendí algo sobre su dependencia recíproca; leí El origen de las especies" y me dediqué con entusiasmo a estudiar la teoría de la evolución; aprendí a considerar el Sol como una estrella típica, como un anillo en la larga cadena de la evolución, con lo que me libré de especializarme en la investigación solar. Este ha sido el origren de la obra que he realizado para fundar y fomentar diversas instituciones, como la Academia Nacional de Ciencias, el Instituto Tecnológico de California, el Consejo Nacional de Investigaciones y el Consejo Internacional de Uniones Científicas. Aun observo con agrado los "rotíferos" y otros objetos microscópicos, y me convenzo cada día más de que las maravillas vistas con el pequeño microscopio de los días de mi infancia son tan extraordinarias como las que revelan los mayores telescopios en el cielo."
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