sábado, 23 de mayo de 2009

"Operario que repara autos y observa las estrellas"

No importa lo pequeños que puedan ser nuestros telescopios o, en el mejor de los casos, nuestro propio querido observatorio frente a los portentosos gigantes tecnológicos actuales, nuestra relación con ellos es muy especial y aún más si los construimos con nuestras propias manos, desde las lentes a las paredes. Si usted pertenece a esa especie o simplemente ama la astronomía y la observación del cielo disfrutará de esta nota perdida en el tiempo y rescatada para este blog.

Esta nota, "Operario que repara autos y observa las estrellas", fue publicada en una "antiquísima" Mecánica Popular, en su número de noviembre de 1960 y ahora la reproduzco para solaz de quienquiera regodearse con ella.

Operario que repara autos y observa las estrellas

Cuando el astrónomo aficionado, Henry Richter, no trabaja en su taller de servicio de Cecil, New Jersey, usualmente se encuentra en su observatorio contemplando las estrellas. Richter, que tiene 55 años de edad, combinó su trabajo con su pasatiempo favorito cuando hizo el observatorio. En muchas ocasiones, por ejemplo, ha invertido en la adquisición de equipos costosos, el dinero que ha ganado en su labor de reparar autos y substituir las piezas. El precio del telescopio, de 2,74 metros de longitud, con un espejo reflector de 32 centímetros, fue de 562 dólares.

"En realidad, el observatorio completo se construyó con accesorios viejos y con la ayuda monetaria de algunos amigos y vecinos", dice Richter. El observatorio posee una cúpula giratoria de 4,87 metros de diámetro, la cual se halla montada sobre un edificio cuadrado de 6 metros con altas paredes de 1,80 metros.
Para montar el telescopio, se emplearon tres tambores de frenos de un Chevrolet que el astrónomo había usado durante 12 años. Un tambor se empleó para rastreo vertical; otro para rastreo horizontal, y el tercero, que se rebajó y se rellenó con hormigón, es un contrapeso. Un motor y una caja de engranaje de una máquina de lavar tiran de una cadena de bicicleta que hace girar la cúpula de 40 kilogramos. Tanto la cúpula como su base están cubiertas de fibra de vidrio de segunda mano. Richter, un miembro de la Rittenhouse Astronomical Society of Philadelphia, mantiene el taller abierto hasta la medianoche, pero permanece en el observatorio después de esa hora.

Como curiosidad, en ese mismo número de noviembre de 1960, salieron estas notas y columnas vinculadas a la astronomía y a la exploración del espacio:

Escucharemos a otros mundos (sobre el comienzo de la búsqueda de vida extraterrestre mediante radiotelescopios, programa a cargo del Dr. Frank Drake), por Clifford B. Hicks.
El momento culminante (sobre los primeros pasos de Estados Unidos en la carrera espacial), por Wernher von Braun.
Vigía espacial (sobre lel cálculo de la distancia a los cuerpos celestes: planetas. estrellas, etc.), por Dan Q. Pasin.
Eclipse televisado por binoculares (sobre la primera transmisión por televisión de un eclipse lunar).

Fuente: Traducción literal de la nota publicada en Mecánica Popular en su edición de noviembre 1960.
Fotos: Mecánica Popular, noviembre 1960.

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